lunes, 18 de julio de 2011

Mi Réflex y yo en... Auschwitz



Noviembre de 2009. Tras muchos años intentándolo, y habiendo desaprovechado una Erasmus para ir, por fin iba a visitar Auschwitz. Quizá sea bueno poneros en contexto para deciros que uno de mis temas preferidos es la II Guerra Mundial, especialmente la persecución de los judios y los presos en los campos de concentración. Dicen de Auschwitz que es el mayor cementerio del mundo. Está situado estratégicamente en el centro de Europa, se convirtió hasta 1.945 en el lugar dónde iban a ser asesinados todas aquellas personas que no gustaban a Hitler (judíos, gitanos, minusválidos, homosexuales, presos políticos, prisioneros de guerra, comunistas...). Llegaban por tren, en unas estructuras ferroviarias especialmente destinadas a ello, llevar a gente de las ciudades al campo de concentración. En los inicios se llegaba al Campo I...



...Donde varios soldados (no muchos, y que eran capaces de evitar cualquier ajetreo debido al estado en que llegaban los presos) les esperaban para distribuirlos. Los ponían en fila e iban decidiendo, según su estado físico, si eran útiles para los trabajos en el campo o no. Si eran del primer grupo, cada día que salían a hacer los trabajos debían de pasar por esta puerta, cuyo lema en alemán significa "El trabajo te hará libre", y a la vuelta, ordenados en 4 filas debían esperar a ser contados, para evitar fugas. Mientras tanto, una orquesta tocaba una marcha alemana. Nos contaron, que un día en invierno faltaba un preso. 20 grados bajo cero y nevando. Pues bien, hasta que no apareció el preso, tirado en una cuneta entre la nieve fallecido por frio, el resto debió esperar 15 horas con únicamente un traje a rayas. Más tarde, cuando la guerra avanzaba y había que eliminar a grupos de gente, únicamente a la entrada por esta puerta se les decía "Hoy entráis por aquí, mañana saldréis por esa chimenea".



... Así era la vida para los privilegiados. Y digo privilegiados, porque el segundo grupo, el que no era válido para el trabajo físico se iba a las duchas. Así engañaban a las familias, diciéndoles que iban a la ducha para desparasitarles, limpiarles y que pudieran hacer vida normal en el campo. Con esta mentira conseguían que no se alborotaran, entraran a las cámaras y les hacían recordar el número de la percha dónde habían dejado colgadas sus pertenencias. Entraban, para nunca volver...



... Una vez muertos, los la brigada habilitada al efecto, se encargaba de recoger las cosas de valor en aquellos tiempos de guerra. Aquí la muestra con las prótesis ortopédicas que se acumularon tras la liberación del campo, o la colección de pelo que se utilizaba para fabricar mantas...


... Los cuerpos sin vida debían ser eliminados para no acumular restos. Para ello se utilizaban los hornos crematorios, en los cuales se calcula que pasaron entre 4 y 9 millones de personas dependiendo de la fuente. De mi paso por esos hornos únicamente recuerdo el olor fuerte e intenso que había en las paredes, de millones de personas que se quedaron impregnadas allí. Y sí, había montones de ceniza en los rincones. Incluso nos contaron que mucha gente destacaba que el cielo tuviera en aquella zona un gris rojizo en los días previos a la entrada de los rusos.


... En el museo que hay en el Campo I pudimos ver las fotografías que les hacían a los presos al entrar para tenerlos fichados (cosa que después se eliminó debido a la velocidad con la que empezaron a asesinar a la gente) con la información de su nombre, fecha de entrada y de salida. Maria Rozenek apenas duró 40 días. Sus familiares estaban allí colocando esta flor...


...Al fin y al cabo era judía, y con este tipo de afirmaciones pegadas en el cuartel general del campo no era de extrañar nada...


... O quizá hubiera sido lo mejor, ya que cuando se liberó el campo solo había que ver las condiciones en las que encontraron a este par de mujeres. Pesaban entre 25 y 30 kg...


...También conocimos historias de superación, como la de un cura que estuvo 14 días sin comer ni dormir en una de las salas especiales, de 50cm por 50cm, destinadas a matar por aburrimiento al preso. Al cabo de esas dos semanas le pusieron una inyección que provocaba la parada de su corazón. Hoy en día se le recuerda en este muro, ya que fue beatificado por Juan Pablo II...


...Y así llegamos al Campo II, que era una ampliación para albergar a todos los presos que llegaban. Era 20 veces más grande que el I, y con todo perfectamente preparado para asesinar y no dejar rastro: 40 barracones, 4 cámaras de gas, 4 hornos crematorios... La imagen del contraste la pudimos encontrar allí, con un grupo de colegiales israelís que paseaban orgullosos la bandera de su país judío recordando a sus abuelos y resto de familiares...


...Lo recorrimos entero, pasando a varios barracones y parándonos en cada una de las leyendas que escribían en las paredes con los tenedores, escribiendo su nombre, la fecha o sus plegarias. También era significante ver las estufas que utilizaban para calentar barracones de 400 personas: Míseros braseros, que únicamente llenaban la habitación de humo. Estructuras de tres pisos de cemento, con compartimentos donde se metían hasta 3 personas para conservar el calor. Solo podían ir una vez al baño, por lo que los cuencos donde comía se convertían en sanitarios improvisados. La comida... Un buen ejemplo que nos dieron fue el de la sopa con castañas y serrín.

Espero que os haya gustado el reportaje, pero sobre todo que reflexionéis cuando os quejáis por lo mal que estáis si de verdad tenéis motivo para ello.


Para terminar dos notas:

1.- Nunca se ha rodado una película dentro de los campos. Solo por fuera, como esta imagen que aparece en varias películas.

2.- Id a visitarlo sí o sí. Pagad un guía que os explique todo. El campo se está cayendo por momentos, y ni el Gobierno ni la UE se preocupan en dar fondos, toda la recaudación para el mantenimiento la sacan del material fotográfico que venden y de los libros. Es una pena, que esto muriera en el olvido.

1 comentario:

  1. Muy buen post! Cada línea expresa el dolor y la crudeza de una masacre de tal calibre. Las fotos son tremendas y Auschwitz no debe caer en el olvido. Un saludo!

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