Recientemente se aprobó en España el Real Decreto que obliga a los médicos a recetar el principio activo de un medicamento si es que lo hubiera. Es decir, ante una misma patología, el doctor deberá por ley recetar el producto genérico frente al producto de marca.
¿Por qué? La situación económica actual y la necesidad de hacer recortes por cualquier sitio, es la principal causa. Vaya, que la diferencia entre el precio al que vende la compañía farmacéutica el producto y la que finalmente paga el paciente, sale de las arcas del Estado. Si por ley hay que recetar el más barato, la diferencia es menor. Se disminuye el gasto.
¿Bien no? Sinceramente, no lo comparto. La farmacéutica es uno de los sectores económicos que más invierte en I+D. ¿Qué supone? Investigaciones sobre nuevas enfermedades, mejora de la calidad de vida, mayor calidad de los medicamentos… ¿Queremos renunciar a ello? Pues con esta ley vamos encaminados a ello.
Otro tema es la capacidad de elección del paciente, el cuál quizá prefiera pagar un poco más por tener la confianza que le pueda dar una marca, si bien este punto queda un poco lejos debido al poco acceso que tienen los pacientes a este tipo de información, ya que está muy regulada.
Y aquí es dónde aporto mi solución: Desregularizar este sistema. Actualmente, para hacer publicidad de un producto hay que superar muchos requisitos legales por concernir a la salud humana. No pido que se desregule totalmente, únicamente que se abra la venta de poder competir con el resto de productos (genéricos y no) llegando directamente al paciente. ¿Cómo? Pues como se hace ahora mismo con todos los mercados, a través de la publicidad y las redes sociales.
¿Para qué? Voy a pintaros el escenario ideal, y es que el paciente se presente delante del médico con una dolencia para la cual tenga un abanico de 3 productos: Uno muy caro, pero excelente calidad y sin efectos secundarios, un segundo de precio normal y calidad normal, y uno genérico barato pero con calidad cuestionada. Tanto el médico (en mayor medida) como el paciente, conocerían los mismos y sus características, pero sería este último el que finalmente elegiría el medicamento a comprar (influenciado por las distintas variables que le afecten en mayor o medida, véase precio, calidad, afinidad por una marca…). ¿El Cómo? Una buena formación en el producto, tanto al médico como al paciente, a través de las distintas herramientas de marketing a desregularizar.
¿Qué pasará con la ley actual? Pues que si un paciente prefiere pagar más por un producto porque le transmite más confianza, no podrá debido a la obligación del médico a recetar el principio activo.
Es por ello que pido que se desregularice este sector, para que las empresas farmacéuticas puedan competir en igualdad de condiciones con el resto, haciendo buenas estrategias y planes de acción en redes sociales, formando al paciente y al médico, generando así un nuevo escenario en igualdad de condiciones.
De esta manera, creo que se conseguiría volver a formar un ciclo de inversión/resultados/inversión, que actualmente se está deteriorando.